Superman llegó a los hogares venezolanos a través de las icónicas películas de Christopher Reeve y las series animadas que se transmitían en la televisión nacional. Su imagen se convirtió en sinónimo de bondad y justicia, inspirando a niños a soñar en grande. Muchos se ponían una toalla como capa, imaginando que podían volar y tener súper fuerza, mientras los cómics de Superman se intercambiaban entre amigos. El Hombre de Acero enseñó que todos podemos ser extraordinarios, incluso si parecemos personas comunes, y que siempre debemos luchar por el bien. Su historia inspiró a toda una generación a creer en lo imposible y a mantener la esperanza viva en sus corazones.

 

 

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