Los estudios culturales demuestran que la música influye directamente en nuestras emociones y facilita la memorización, haciendo que el aprendizaje sea más significativo. De igual forma, el cine abre ventanas a realidades diversas que estimulan la empatía y el respeto hacia la diversidad. En contextos educativos y terapéuticos, estas herramientas promueven la creatividad y fortalecen la autoestima, contribuyendo a un desarrollo personal y social más consciente.

 

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