La escucha activa se consolida como una herramienta fundamental para el éxito institucional. No se trata solo de oír, sino de comprender profundamente el mensaje del interlocutor, prestando atención total, haciendo preguntas y parafraseando para confirmar la información. Aplicar esta técnica en reuniones y conversaciones fortalece las relaciones laborales, fomenta la colaboración y previene malentendidos, construyendo ambientes de trabajo más productivos y armoniosos.
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