El entorno digital, sobre todo en la adolescencia, puede ser un lugar hostil. El ciberacoso es una de las principales preocupaciones de los padres, debido a su alcance 24/7 y la dificultad de identificar a los agresores. La solución, según expertos, reside en fomentar la Empatía Digital y la intervención activa.

Pablo Rivas, desde «Pablo 360», enfatiza que la prevención comienza con la comunicación abierta y la enseñanza de la Regla de Oro Digital«No digas ni hagas nada en línea que no dirías o harías en persona.» Los niños de primaria deben entender que las palabras virtuales tienen un impacto emocional real.

Para la Fundación para la Erradicación del Abuso Infantil (FEIAC), el monitoreo discreto y el fomento de la confianza son vitales. Los padres deben estar atentos a los cambios de humor o el aislamiento, que pueden ser señales de que un niño o adolescente está siendo acosado.

En el caso de los bachilleres, la psicóloga Rachel Simmons subraya la necesidad de formar «Testigos Digitales Activos». Rivas explica que la mayoría del ciberacoso ocurre con la presencia de observadores silenciosos. Los padres deben instruir a sus hijos a intervenir de manera segura: informar a un adulto, tomar capturas de pantalla o enviar apoyo privado a la víctima.

Aunque la IA se está desarrollando para moderar y detectar el odio en línea, la cultura de la empatía es el antídoto más poderoso. Los jóvenes deben ser enseñados a considerar el impacto emocional de cada comentario, meme o contenido que comparten.

En resumen, la clave es transformar el silencio de los testigos en acción. Los padres son los responsables de crear un hogar donde se discutan estos temas con honestidad. El llamado es a ser un modelo de respeto y a establecer una figura de confianza a la que el joven pueda recurrir inmediatamente ante cualquier situación de acoso.

 

 

 

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