Pocas figuras en la historia han capturado la imaginación colectiva con la intensidad y el misterio de Cleopatra VII Filopátor, la última faraona del Antiguo Egipto. Nacida en el año 69 a.C., su vida fue una epopeya de intriga política, alianzas audaces y romances apasionados, que se desarrolló en un momento crucial de la historia: la transición de la República Romana a un imperio.
Criada en la corte ptolemaica de Alejandría, un faro de conocimiento en el mundo antiguo con su famosa Biblioteca, Cleopatra tuvo acceso a la mejor educación disponible. Lejos de las reinas egipcias anteriores de su dinastía, que rara vez se molestaban en aprender el idioma de su propio pueblo, Cleopatra se distinguió por su dominio del egipcio antiguo, lo que le permitía comunicarse directamente con sus súbditos, un acto de profunda significación política y cultural.
Pero su intelecto iba mucho más allá del dominio de una lengua. Se dice que Cleopatra era políglota, dominando al menos nueve idiomas o dialectos, incluyendo el griego (su lengua materna), latín, hebreo, etíope, sirio, arameo, mediano y posiblemente el persa. Esta habilidad no era un mero adorno; era una herramienta estratégica invaluable. Le permitía negociar directamente con embajadores y líderes de diversas naciones sin necesidad de traductores, obteniendo ventajas diplomáticas y cultivando alianzas con una facilidad que pocos gobernantes de su tiempo podían igualar. Plutarco, su biógrafo, afirmó que ella podía cambiar de idioma «con la mayor facilidad, como si hubiera sido entrenada en cada uno desde la infancia».
Su educación también abarcaba el conocimiento de la literatura, la filosofía, la oratoria y las ciencias. Se rodeaba de eruditos y filósofos, y su corte era un centro de actividad intelectual. Tenía un profundo interés en la alquimia, la medicina y la matemática, y se dice que participó activamente en discusiones con los pensadores más destacados de su época. Su conocimiento de la geografía, la historia y la estrategia militar era igualmente notable, cualidades esenciales para navegar el volátil panorama político del Mediterráneo.
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